Seguramente muchos de vosotros conocéis las prácticas que utilizaba la Inquisición para que alguien (no importa si había hecho algo contra la fe cristiana o no) dijera que era culpable. La tortura y las ejecuciones, habitualmente mediante la quema en una hoguera localizada en un lugar concurrido, fueron muy frecuentes.
"(...) Le ordenaron que dijera lo que había hcho contra nuestra fe católica. Dijo: "Sacadme de aquí y decidme lo que tengo que decir (...), me hacen daños". Separaron de las cuerdas y las contaron y había dieciséis vueltas y al dar la última vuelta, la cuerda se rompió. Ordenaron, entonces, que la pusieran en el porto. (...) Le dijeron que si deseaba decir la verdad antes echasen el agua, que lo hiciera y así decalgaría su conciencia. Ella dijo que no podía hablar y que era una pecadora. Luego colocaron en su garganta la toca embudo de lienzo y ella dijo: "Quitádmelo, que me estoy afixiando y se me revuelve el estómago". Entonces vertieron una jarra de agua, tras lo cual le ordenaron que dijese la verdad."
Desde Teresa de Jesús a Fernando de Rojas o Fray Luis de León, pasando por los ayudantes de los Reyes Católicos, como Luis de Santangel, el que dio dinero para la aventura de Colón, otra personalidad cuyo origen judío se estudia y que llevó a numerosos coversos en sus barcos camino de América...
También la propia madre del Rey Católico era de una familia de origen judeoconverso, agregó Torres, un periodista columbiano que empezó a profundizar en el tema de los judíos españoles por encargo de la editorial ante el antisemitismo que se ha producido en Europa tras el atentado contra las Torres Gemelas.
Y siguiendo el tema, los actuales ciudadanos españoles de origen judío son las Koplowitz, Elena Benarroch, Enrique Múgica y muchos otros. Estos famosos por supuesto existen al lado de los "ciudadanos de pie", o sea tan normales como el resto de la sociedad española, perfectamente integrados en los pueblos y ciudades donde residen y trabajan.